TÓTEM ARAÑA: LA ABUELA TEJEDORA

La araña es la maestra tejedora.

Para los nativos americanos, la Abuela Araña

custodiaba y transmitía los misterios del pasado

y sus efectos sobre el futuro.

 

La araña nos insta a despertar nuestra sensibilidad

con el fin de que seamos más creativos en la vida.

 

La araña aparece en los mitos y las tradiciones populares de todos los pueblos del mundo, adoptando un simbolismo muy similar en todas las culturas. En India se la relacionó con Maya, la tejedora de ilusiones, y se la vinculó con las Parcas en la mitología griega y con las Nornas del folclore escandinavo, las mujeres que tejían, medían y cortaban los hilos de la vida. Por otra parte, para los nativos americanos, la araña es la abuela que vincula el pasado con el futuro.

 

A diferencia de los insectos, las arañas tienen el cuerpo dividido en dos secciones, en lugar de las tres secciones de aquellos, por lo que adoptan el aspecto de un ocho. Esto, unido al hecho de que tienen ocho patas (en lugar de las seis de los insectos), las vincula simbólicamente con la forma geométrica del octógono, símbolo del infinito. El 8 es la rueda de la vida, que fluye de un círculo a otro, en un recorrido ciertamente difícil en el que el objetivo es mantener la posición en el punto medio entre ambos círculos.

 

La araña te enseña a mantener el equilibrio entre el pasado y el futuro, entre lo físico y lo espiritual, entre lo masculino y lo femenino; y te hace comprender que todo cuanto haces ahora es tejer la trama de tu futuro.

 

En la baraja del tarot hay una carta, La Rueda de la Fortuna, que guarda relación con los ritmos —el auge y la caída, el flujo y el reflujo—, y que está relacionada con las energías del honor y la fama, y con la sensibilidad que necesitamos para adaptarnos al ritmo de la Naturaleza; por lo que meditar sobre esta carta puede resultar muy ilustrativo para cualquier persona que tenga a la araña como tótem.

 

La araña activa la sensibilidad creativa, y teje una red sutil e intrincada con la que parece querer recordarnos que el pasado influye siempre, de un modo sutil, en el presente y el futuro. Las telas de araña adoptan con frecuencia la forma de una espiral, forma tradicional de la creatividad y del desarrollo.

 

Por otra parte, el hecho de encontrarnos a la araña en el centro de su tela nos indica que estamos en el centro de nuestro mundo, algo que enlaza con las antiguas escuelas de misterios y su profundo precepto de «¡Conócete a ti mismo y conocerás el universo!». Así pues, la araña nos transmite la idea de que el mundo es una trama que está tejida en tomo nuestro, que somos nosotros los guardianes y los autores de nuestro destino, el cual tejemos como la araña teje su tela, con nuestros pensamientos, sentimientos y actos.

 

Tanto en el misticismo como en la mitología, se ha relacionado a la araña con las tres expresiones principales de la magia.

 

La primera es la magia y la energía de la creación. En este aspecto, la araña es símbolo del poder creativo, reflejado en su papel de tejedora de su sedosa tela. También se la ha asociado con la asertividad de esa fuerza creativa, por mantener con vida las energías femeninas de la creación. Como explicaremos después, este aspecto guarda relación con las costumbres de ciertas arañas, como la hembra de la viuda negra, que mata y devora al macho tras quedar este exhausto durante el apareamiento. La tercera magia de la araña está relacionada con su energía en espiral, con el vínculo entre el pasado y el futuro. La espiral de la tela de araña, que converge en un punto central, es algo sobre lo que deberían meditar las personas que la tienen como tótem.

 

¿Te diriges hacia una meta central, o vives en la dispersión, moviéndote en múltiples direcciones? ¿Está todo centrado en tu vida? ¿Te estás implicando demasiado o estás demasiado absorbido en ti mismo? ¿Te estás centrando en los logros de los demás y no en los tuyos propios? ¿Estás alimentando resentimientos por causa de esto, contra ti o contra ellos?

En otro orden de cosas, la araña es la guardiana de las antiguas lenguas y los alfabetos. En todas las culturas existen mitos que cuentan cómo se crearon las diferentes lenguas y alfabetos. Por ejemplo, el alfabeto chino se le atribuye a Ts'ang Chien, el dios de cuatro ojos con cara de dragón, que lo compuso a partir de los diseños de las estrellas, de las marcas del caparazón de la tortuga y de las huellas de las aves en la arena.

 

El dios nórdico Odín creó el alfabeto rúnico después de haber estado colgado del gran árbol de la vida durante nueve días y nueve noches, al cabo de los cuales cayeron sus ramas conformando determinadas fórmulas y palabras.

 

Pero, según algunos, hubo un alfabeto primigenio, formado por los patrones geométricos y los ángulos que se observan en la tela de la araña. Según dicen, este fue el primer alfabeto, y ese es el motivo por el que se considera a la araña la maestra del lenguaje y de la magia de la escritura, y de ahí la posibilidad de que aquellas personas que hacen magia con la palabra escrita tengan a la araña como tótem.

 

La araña ha estado asociada también con la muerte y el renacimiento, relación que puede que se fundamente en el hecho de que, en algunas especies, la hembra mata y devora al macho tras el apareamiento. Esta es una costumbre relativamente habitual en el mundo de los insectos, en el que la mantis religiosa nos ofrece un buen ejemplo.

 

Pero la araña ha sido también un símbolo lunar debido a su incesante labor tejedora, que se relaciona con los ciclos crecientes y menguantes de la luna; un recordatorio para todos los que tienen a la araña como tótem de lo importante que es mantener el equilibrio y la polaridad en todos los aspectos de la vida, pues la araña estimula la creatividad a través de la polaridad y el equilibrio entre los polos.

 

Sin embargo, los libros, las películas y la televisión han fomentado cierto temor a las arañas entre el gran público; y, si bien es cierto que la mayoría de las arañas son venenosas (pues es el método que utilizan para matar o aturdir a sus presas), también es verdad que cumplen una función vital en el control de las poblaciones de insectos.

 

Probablemente sea la viuda negra la araña que peor reputación tiene, aunque sea totalmente inmerecida. Se trata de una especie que se distribuye por todo el territorio de Estados Unidos y que no resulta difícil de identificar, por su color negro azabache y por su mancha roja en forma de reloj de arena en la cara inferior del abdomen. Sí, es una araña venenosa, pero no es mortal para los seres humanos, como muchos creen. En realidad, se trata de una araña muy tímida, que tiene tanto miedo de los seres humanos como los seres humanos de ella.

 

La tarántula es otra de las especies de grandes arañas con las que la gente está más familiarizada, hasta el punto que existe una danza popular en el sur de Italia que lleva su nombre, la tarantela, pues se creía erróneamente que su picadura provocaba movimientos convulsivos en los seres humanos. La tarántula es una de las arañas más grandes, y peludas, con las que uno se puede encontrar. Tiene la boca en la parte inferior del cuerpo y su picadura es venenosa, como ocurre con la mayoría de las arañas, si bien el veneno no afecta al ser humano medio más de lo que lo haría una picadura de abeja. Las tarántulas tejen hilos, pero no llegan a construir una verdadera tela, puesto que su forma de caza consiste en excavar una madriguera o un agujero en la arena y ocultarse en el fondo a la espera de cualquier presa. En cuanto sienten que algún insecto camina en las proximidades de la abertura, saltan sobre él, lo atrapan y lo introducen en su agujero. Así es como consiguen su alimento.

 

La mayoría de las arañas son en realidad muy, muy delicadas; al punto que, si sostuvieras una tarántula en la mano y la dejaras caer al suelo, podría morir con el impacto. Las arañas son una combinación de delicadeza y fuerza, virtudes que han aprendido a armonizar con notable éxito en términos de supervivencia, y que constituye una importante lección para las personas que la tienen como tótem.

Pero, por delicadas que sean, las arañas no dejan por ello de ser muy ágiles, pues mantienen un exquisito equilibrio al caminar por los finos hilos de sus telas. Y es precisamente este uno de los grandes misterios de todos los tiempos, el de cómo caminar por los hilos de la vida sin perder el equilibrio; de hecho, tanto en los mitos como en las tradiciones populares se nos habla a menudo de personas que aprendieron a caminar por los hilos que separan la vida de la muerte —sueño y despertar—, que separan lo físico de lo espiritual. Esta es una de las lecciones que la araña te puede enseñar, puesto que la araña es una experta equilibrista.

 

La mayoría de la gente ha tenido muy poco o ningún contacto con grandes arañas y, sin embargo, pueden ver una amplia variedad de arañas en sus casas y en torno a ellas. Muchas de estas arañas cumplen una función vital al matar muchos insectos que pueden ser perjudiciales y, además, la mayor parte de sus andanzas las realizan durante la noche, introduciéndose en las zonas más inaccesibles. Esto nos dice mucho acerca del modo de expresar las energías creativas, de modo que no temas introducirte en aquellos rincones que puedan parecer inaccesibles, teje tus hilos creativos en la oscuridad y, luego, cuando los rayos del sol los iluminen, brillarán con una inexpresable belleza.

 

Si la araña ha entrado en tu vida, formúlate algunas preguntas:

 

¿Realmente estás tejiendo la urdimbre de tus sueños, imaginándolos hechos realidad? ¿Estás aprovechando tus oportunidades creativas? ¿Te sientes encerrado o atrapado, como si estuvieras en una tela de araña? ¿Deberías prestar más atención a tu equilibrio y a los hilos por los que te mueves en la vida? ¿Ha perdido el equilibrio alguna de las personas que te rodea? ¿Sientes la necesidad de escribir? ¿Te sientes inspirado para escribir o dibujar y no estás haciendo caso a tus impulsos?

 

Recuerda que la araña es la guardiana del conocimiento del alfabeto primigenio, y que puede enseñarte los misterios del lenguaje escrito de tal modo que tus palabras envuelvan en su tela a las personas que las lean.