Los sueños abren las puertas del alma, y por eso son extremadamente importantes entre las culturas que poseían, o que aún poseen, una tradición chamánica.
En África, los sangomas zulúes consideran la función del sueño de una manera práctica, incluso literal, y siguen las instrucciones recibidas (por extrañas que sean) al pie de la letra.
En otros lugares, entre los primeros pueblos de América, un sueño apunta hacia la sabiduría interna, y ha de ser interpretado metafóricamente. Algunas culturas, como la iroquesa de Norteamérica, practican una forma de sueño lúcido en la que el chamán se programa para soñar sobre un tema específico y después deja que el sueño le dé una respuesta.
En África, los sangomas zulúes consideran la función del sueño de una manera práctica, incluso literal, y siguen las instrucciones recibidas (por extrañas que sean) al pie de la letra.
En otros lugares, entre los primeros pueblos de América, un sueño apunta hacia la sabiduría interna, y ha de ser interpretado metafóricamente. Algunas culturas, como la iroquesa de Norteamérica, practican una forma de sueño lúcido en la que el chamán se programa para soñar sobre un tema específico y después deja que el sueño le dé una respuesta.