La palabra mandala procede del sánscrito clásico. Esta compuesta de las palabras mand, que significa "trazar", y la, que significa "circulo" o "centro sagrado".
"Mandala" se traduce a veces por "recipiente de esencias", término que da una idea de sus significados psicológicos y místicos.
En las tradiciones hinduista y budista, el mandala es un símbolo sagrado del viaje espiritual; es una representación pictórica en dos dimensiones de un universo divino multidimensional.
Los símbolos y figuras que aparecen en los complicados mandalas pintados de estas tradiciones se limitan a sugerir lo que representan, una vivencia del carácter absoluto de la realidad con todo su esplendor y con toda su bienaventuranza, y la consecución de la iluminación.
Los caminos hinduista y budista, aunque semejantes entre si, son distintos. El camino hinduista trata del descubrimiento de que el yo es uno con lo divino, mientras que el camino budista recalca la naturaleza búdica, la posibilidad de iluminación. Pero en ambas tradiciones, las representaciones pictóricas complicadas del mandala simbolizan los aspectos no visibles de la realidad y son una ayuda para el desarrollo espiritual.