El nombre de este famoso rey judío posee una enorme celebridad dentro de la magia y la hechicería, siendo tal vez el más empleado a través de la magia pentacular y los amuletos.
Según la Biblia, Dios (I Reyes, v. 9 y ss.) le concedió a Salomón una ciencia y una sabiduría extraordinarias. La sabiduría de Salomón superaba la de todos los hijos de Oriente y toda la sabiduría de Egipto...
Acudían de todos los pueblos para escuchar maravillados la sabiduría de Salomón. De todos modos, según se puede leer entre líneas en la misma Biblia, Salomón utilizaba su sabiduría para fines mágicos. Así, adoró a Melchom y a Astarté, hizo edificar frente a Jerusalén un santuario para Chamos y otro para Moloch.
Algunos libros apócrifos, el de Penitentia adae, entre otros, aseguran que Salomón murió impenitente. Respecto a este extremo, dice Grillot de Givry: Hay que referirse a las extrañas tradiciones que se conservan en Escocia, desde la época medieval, cuyo recuerdo ha transmitido el historiador de Carlos VI, Juvenal de los Ursinos, considerando que Salomón se condenó...
Algunos autores rabínicos cuentan que al sentir que se debilitaban sus fuerzas, rogó a Dios que ocultara su muerte hasta que las obras que emprendiera en vida estuviesen totalmente finalizadas con la ayuda de Satán. Muerto ya, quedó arrodillado y apoyado en su báculo, como rezando, de manera que los demonios, juzgándole vivo, continuaron su labor.