La Humanidad siempre ha deseado conocer el porvenir. Las Sibilas de la antigüedad no hacían otra cosa. Eran magas... o brujas. Eran unas mujeres vírgenes, retiradas del mundo por su vida ejemplar. Fueron célebres por cuanto sabían y eran consultadas por toda la gente, desde la más vulgar a la más encopetada y sabia.
Doce son las Sibilas que han sobresalido entre las demás: Délfica, Eritrea, Líbica, Cumea, Frigia, Europea, Samia, Cumana, Tiburtina, Helespónica, Egipcia y Cumea. Algunas de sus profecías más celebres son:
La Gran Bestia será atropellada. El Señor nacerá en la Tierra de las entrañas de una Virgen; será salud de las gentes y el Verbo se vestirá de carne mortal para el bien de la Humanidad. Dará al Mesías el pueblo pérfido de Israel bofetadas y le arrojará saliva al rostro, dándole por comida hiel y por bebida vinagre. Morirá y al cabo de tres días verá de nuevo la luz del mundo y será el primero en resucitar para no morir ya nunca más.
¿Pueden darse profecías más seguras y cumplidas?
La Gran Bestia será atropellada. El Señor nacerá en la Tierra de las entrañas de una Virgen; será salud de las gentes y el Verbo se vestirá de carne mortal para el bien de la Humanidad. Dará al Mesías el pueblo pérfido de Israel bofetadas y le arrojará saliva al rostro, dándole por comida hiel y por bebida vinagre. Morirá y al cabo de tres días verá de nuevo la luz del mundo y será el primero en resucitar para no morir ya nunca más.
¿Pueden darse profecías más seguras y cumplidas?
Las Sibilas negaron a los dioses paganos en muchas ocasiones, y los Padres de la Iglesia afirman que se salvaron del fuego eterno.
Según algunos expertos en estas materias, distinguir a los profetas que hablan por inspiración divina, de los que lo hacen por boca del Diablo, es bastante difícil, aunque cabe regirse por las siguientes reglas: