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EL HOMBRE VERDE (THE GREEN MAN)


Para nuestros antepasados, muchos de los espíritus, guías y deidades provenían de la naturaleza, la vida silvestre, y las plantas.
 
Después de todo, habían pasado todo el invierno con hambre y frío, cuando la primavera llegaba, era sin duda el momento de dar gracias a los dioses y espíritus que traían de nuevo la luz, el alimento, el sol, el bienestar. La temporada de primavera, sobre todo alrededor de Beltane, está típicamente ligada a una serie de espíritus de la naturaleza precristianos. Muchos de estos son similares en su origen y características, pero tienden a variar según la región y el idioma. En el folclore Inglés, unos personajes son  muy conocidos,  como lo es, el hombre verde.
 
Totalmente conectado a Jack el verde y el Rey de Mayo, la figura conocida como el Hombre Verde es un dios de la vegetación y la vida vegetal. Él simboliza la vida que se encuentra en el mundo natural de las plantas, y en la tierra misma. Consideremos, por un momento, el bosque. En las Islas Británicas, los bosques hace mil años eran enormes, extendiéndose por millas y millas, hasta donde el ojo humano llegaba a ver. Debido al enorme tamaño, el bosque podría ser un lugar oscuro y aterrador.
 
Sin embargo, también era un lugar al que tenías que entrar, queriendo o no, porque proporcionaba carne de caza, plantas para comer, y la leña para el fuego y la construcción. En el invierno, el bosque  parecía bastante muerto y desolado... pero en la primavera, volvía a la vida.
 

LA CANCIÓN DEL DIOS WICCA

 


Soy el radiante rey de los cielos,
inundando la tierra con calor
y estimulando la semilla oculta de la creación
para que reviente en manifestación.
 
Levanto mi brillante lanza
para encender la vida de todos los seres
y diariamente verter mi oro sobre la tierra,
ahuyentando los poderes de la oscuridad.

Soy el Señor de las bestias libres y salvajes.
Corro como el veloz venado
y me elevo como el sagrado halcón
en el reluciente cielo.
 
Los antiguos bosques y tierras salvajes
emanan mis poderes,
y las aves del aire cantan mi santidad.
 
También soy la última cosecha,
ofreciendo granos y frutas
debajo de la hoz del tiempo,
de tal forma que todo pueda ser alimentado,
porque sin sembrar no puede haber cosecha;
sin invierno no hay primavera.