El viento es un elemento muy importante a considerar a la hora de realizar un trabajo mágico. Si capitaneáramos un barco de vela, comprenderíamos la importancia de conocer y aprovechar la fuerza de los vientos. En términos mágicos, eso es lo que hacemos: dirigir nuestra energía entre las fuerzas de los poderes conocidos y desconocidos que nos rodean.
Los vientos pueden sernos tan útiles como lo son para un capitán en medio del mar. Según en que dirección soplen, reconocemos cuatro tipos básicos de vientos.
El viento del norte.
Es fino y seco; su elemento es la tierra y su color, el negro. Es un viento de muerte, en el sentido espiritual de abandonar aquellos temas que ya no nos sirven. En consecuencia, y al igual que la medianoche y la luna, proporciona un buen ambiente para proscribir, disminuir y eliminar por medio de la magia. Debido a su correspondencia con el elemento tierra, también resulta útil en los conjuros relacionados con cuestiones practicas, el mantenimiento del hogar y la parte material de nuestras obligaciones.
El viento del oeste.