¡Oh, Señor! Rey de Reyes,
Dios de Bondad y Justicia:
Te imploramos por los que sufren;
por los que en el alma llevan
la dolorosa espina de algún remordimiento,
por las desamparadas que los esposos perdieron
y los niños huérfanos que han quedado
sin pan y sin cariño,
por lo que sufren dolor y penalidades,
por los que sufren en soledad y silencio,
por las víctimas de injusticias,
por los que son maltratados y violentados.