Por extraño que pueda parecer, no existe unía zona específica en el complejo de rascacielos que forma la ciudad de Nueva York, donde pueda hallarse la brujería. En efecto, se halla esparcida por toda la ciudad, en diferentes zonas y con distintos disfraces, desde la parte baja de Manhattan hasta las calles arboladas del sofisticado East Side y, lógicamente, en el barrio de Harlem.
La hechicería de Nueva York abarca una amplia gama de cultos. Es un crisol de tradiciones brujeriles, lo mismo que un conglomerado de pueblos y nacionalidades. Cada ola de emigración ha puesto su propia marca de credos sobrenaturales en la ciudad, y los recién llegados han añadido otras creencias a las ya existentes. Ni siquiera los formidables bastiones de la poderosa Wall Street son inmunes a la brujería, ya que hay financieros que consultan, aunque de modo secreto, las cartas astrológicas antes de arriesgar su dinero en el mercado de valores.
En las calles contiguas a la zona portuaria de la ciudad aún se hallan algunos adivinadores o adivinadoras, en casuchas más o menos encubiertas, que practican este arte. Asimismo, hay brujería en el Greenwich Village de Nueva York. Fue allí donde en los años 20 se celebraron fantásticas sesiones de brujería... ¿ficticia o real?
Es cosa pública, además, que la hechicería sigue existiendo en el Village y que, incluso, se anuncia en los periódicos. Como ejemplo, tenemos el anuncio que apareció en una revista de carácter hippie, el cual rezaba así:
Es cosa pública, además, que la hechicería sigue existiendo en el Village y que, incluso, se anuncia en los periódicos. Como ejemplo, tenemos el anuncio que apareció en una revista de carácter hippie, el cual rezaba así: